Análisis breve de los sucesos recientes en Ecuador
Latinoamérica siempre da de qué hablar y personalmente no podía quedarme callado ante los recientes acontecimientos. El escenario político en Ecuador se ha vuelto cada vez más tenso y controvertido con la reciente disolución de la Asamblea Nacional por parte del presidente Guillermo Lasso. Esta medida ha generado un amplio debate y ha llevado a una polarización aún mayor en el país. En este artículo, analizaremos la coyuntura desde una perspectiva estratégica, teniendo en cuenta los actores políticos involucrados y las posibles implicaciones a corto y largo plazo.
“No es posible avanzar, resolver los problemas de las familias ecuatorianas, enfrentar los profundos desafíos al que nos somete la inseguridad y el terrorismo con una Asamblea que tiene como proyecto político la desestabilización del Gobierno, de la democracia y del Estado” Señaló el día de hoy el mandatario de Estado en su mensaje a la nación.
El escenario político en Ecuador ha sido testigo de un enfrentamiento constante entre el presidente Guillermo Lasso y la Asamblea Nacional desde el inicio de su mandato. Sin embargo, el actor de gobierno a pesar de estar en la posición de defensa (la más poderosa a nivel estratégico) no ha logrado articular una estrategia efectiva para construir coaliciones o transferir la responsabilidad a la asamblea, de forma que la desventaja en su contra siguió creciendo. Estos errores estratégicos han sido aprovechados hábilmente por la oposición, mayormente alineada con el correísmo, para acorralar al ejecutivo y empujarlo a las nuevas elecciones.
Desde el comienzo de su gobierno, el presidente Lasso ha enfrentado desafíos significativos debido a la falta de una estrategia política sólida. La incapacidad para construir alianzas y alcanzar acuerdos con la Asamblea Nacional ha debilitado su posición y ha obstaculizado el avance de su agenda política. La experiencia en latinoamérica con los muchos congresos de oposición de los últimos periodos electorales muestra que no debe subestimarse el poder de una oposición organizada, por lo que el escenario actual pudo haberse evitado con las medidas pertinentes adecuadas.
Uno de los principales errores del gobierno ha sido la incapacidad para trasladar la culpa a la Asamblea Nacional por los obstáculos que ha enfrentado. La falta de una estrategia efectiva de comunicación y la habilidad para responsabilizar a la oposición por los retrasos y la obstrucción legislativa han debilitado la imagen y la legitimidad del gobierno de Lasso. Aunque en el último proceso judicial se hizo un llamado a la agenda de obstrucción del legislativo, al ser esta una respuesta a la acusación del presidente, pierde credibilidad y fuerza.
Por otro lado, la oposición y los críticos del presidente tienen la oportunidad de movilizar a la ciudadanía y construir alianzas para hacer frente a esta medida. La reacción del expresidente Correa es un claro ejemplo de esto, y es probable que busquen capitalizar la insatisfacción pública y presentarse como defensores de la democracia y del Estado de derecho. Sin embargo, también enfrentan el desafío de mantener la unidad y evitar caer en confrontaciones violentas que puedan desestabilizar aún más la situación política del país.
Los intentos de Lasso por revertir la situación y consolidar su control del escenario político solo han intensificado la polarización y han fortalecido aún más a la oposición. En este sentido, la batalla estratégica se ha perdido, ya que el resultado final es una oposición más fuerte y una mayor crisis social. Lo que parece una salida constitucional inteligente del presidente para evitar la destitución, en realidad es la respuesta de un gobierno acorralado y un intento desesperado de mantener la situación en control. En los próximos 6 meses no se podrá avanzar mucho con la agenda política aun cuando no se tenga que pasar por el filtro del legislativo.
En otras palabras, aunque parezca no es un triunfo de Lasso, de hecho es una victoria pírrica para controlar el escenario. Pero probablemente la oposición mueva bases sociales y cuando Lasso intente revertirlo lo que generará es una crisis social que lo único que fortalecerá es al enemigo. A la larga la guerra la perdió.