Episodio 1
Los consultores en ocasiones pueden subestimar la importancia de tener un arquetipo bien definido, tantos políticos hoy en día que quieren ser padre, amigo y vengador al mismo tiempo y lo único que consiguen es confundir a los votantes, o que se vende como rebelde cuando el candidato no tiene ni la fuerza ni el temple para hacerle justicia a la imagen que quiere vender. En esta nueva serie quería hablarles de la importancia de los arquetipos y de algunos que considero los más reconocibles..
Para construir una imagen llamativa y coherente se siguen casi los mismos pasos que en la creación de una marca en el marketing tradicional, se debe definir una narrativa y una imagen, y ambas son determinadas por el arquetipo al que corresponde el candidato. Según la teoría original de Carl Jung, discípulo de Freud, existen 12 arquetipos de personalidad que han sido utilizados desde hace décadas en el marketing para definir adecuadamente la personalidad de la marca. En política se han podido identificar 8 arquetipos, las 8 personalidades de los políticos enumeradas en Máquina electoral con ejemplos y explicaciones sencillas, estos son el héroe, el amigo, el rebelde, el padre protector, el sabio, el inocente, el guerrero y el vengador.
Un arquetipo político se refiere a un modelo o patrón recurrente en la política que representa características, valores y narrativas específicas. Cada candidato tiene un conjunto único de cualidades y experiencias que pueden vincularse con uno o más arquetipos políticos. Al identificar el arquetipo político ideal, los candidatos pueden moldear su mensaje de manera coherente y efectiva, alineando su personalidad y propuestas con las expectativas y aspiraciones de los votantes.
La identificación del arquetipo político ideal brinda una serie de ventajas significativas a los candidatos. En primer lugar, permite establecer una conexión emocional con los votantes. Al vincular la historia personal y política del candidato con un arquetipo reconocible, se genera empatía y simpatía entre el candidato y los electores. Esto les permite identificarse con el candidato y sentir que sus propias preocupaciones y deseos están representados en su visión política.
Otra ventaja de identificar el arquetipo político ideal es la diferenciación de la competencia. En el ámbito político, la competencia es feroz. Identificar el arquetipo adecuado permite a un candidato destacarse entre la multitud y diferenciarse de sus oponentes. La diferenciación efectiva aumenta las posibilidades de captar la atención y el apoyo de los electores, al mismo tiempo que facilita el reconocimiento en función a ciertas características destacadas estratégicamente.
Si no tienes claro el arquetipo o peor, si se escoge el arquetipo equivocado, toda la narrativa y construcción de la imagen del candidato será en vano. Intentar encajar en un arquetipo incompatible con la personalidad del candidato es insostenible y genera incoherencias en el mensaje, mientras no tener un arquetipo es casi equivalente a no tener personalidad, olvidable y predecible. El electorado necesita una figura constante y reconocible para poder generar un lazo de confianza, por eso la elección del arquetipo es una etapa a la que se debe prestar sumo cuidado.
Espero que esta serie sea de utilidad para los estrategas que siguen nuestro contenido, no olviden revisar nuestros cursos para más información.