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Episodio 1: Tipos de campaña

Serie 2: Estrategias y Campañas

Episodio 1: Tipos de campañas

En esta nueva serie quería traer una parte del método de Goberna para armar estrategias, o al menos para que se entienda cómo se decide una. Pues uno de los primeros pasos a seguir después de la investigación y el diagnóstico, es decidir cuál será el tipo de campaña al momento de armar la estrategia específica para esa contienda electoral. El territorio, los tiempos, los discursos, el tipo de acercamiento con el elector y la interacción con los oponentes, todo esto debe ser decidido antes de poner en marcha cualquier plan.

La clasificación de estrategias de campaña en racional, emocional e instintiva es una forma de diferenciar la forma en que los mensajes y los enfoques se utilizan para persuadir a los votantes. La campaña racional se enfoca en los datos y argumentos lógicos para persuadir a los votantes, mientras que la campaña emocional se enfoca en las emociones y la conexión emocional con los votantes, y la campaña instintiva se enfoca en provocar una respuesta visceral en los votantes en base a emociones fuertes como el miedo. En esta clasificación nos enfocaremos en los siguientes días, pero relacionando a las otras clasificaciones.

En una clasificación más popular, por su modalidad las campañas se dividen en: tierra, aire y mar, esto se refiere a la forma en que se llevan a cabo las campañas y los medios utilizados. La campaña de tierra se enfoca en el contacto directo con los votantes, como las reuniones de puerta en puerta, los mítines y los eventos de campaña en persona. La campaña de Aire está enfocada en los medios de comunicación masivos, televisión, radio y prensa escrita, mientras que la campaña de mar se enfoca en los medios digitales, páginas web y redes sociales principalmente.

Otra clasificación que se puede utilizar es según su naturaleza, mucho más ligado al tipo de interacción y mensaje, esta puede ser positiva, negativa o mixta. La estrategia positiva busca resaltar las fortalezas y propuestas del candidato y su partido, inspirando a los votantes y motivándolos a participar activamente en el proceso electoral. La estrategia negativa, por otro lado, se enfoca en resaltar las debilidades del oponente, buscando generar desconfianza en los votantes hacia su candidatura. Finalmente, la estrategia mixta combina elementos de ambas estrategias presentando una visión “equilibrada”.

Es importante destacar que las diferentes estrategias de campaña no son mutuamente excluyentes, y que una campaña exitosa a menudo emplea elementos de cada una. Por ejemplo, una campaña puede utilizar argumentos lógicos y datos (campaña racional) para presentar un plan de política clara y detallada, al mismo tiempo que utiliza la narrativa emocional para conectar con los votantes y generar entusiasmo (campaña emocional). De la misma forma, no es que se deba escoger un tipo de clasificación, sino que se utiliza todo para construir una fórmula, por ejemplo: Una campaña emocional mixta enfocada en aire, o una campaña instintiva, negativa, enfocada en tierra y aire.

En última instancia, la estrategia de campaña que se elija dependerá de una serie de factores, como la naturaleza de la elección, el perfil del electorado y las fortalezas y debilidades del candidato. Es fundamental que los equipos de campaña sean flexibles y capaces de adaptar su estrategia a medida que avanza la campaña y se reciben comentarios del electorado. Una combinación efectiva de elementos racionales, emocionales e instintivos, junto con la elección adecuada de medios y la implementación de una estrategia coherente y adaptable, son clave para el éxito en una campaña electoral.

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