En diciembre del 2020 más de 300 niños desaparecieron por el taque a un internado en
Katsina, estado noroeste en Nigeria. En abril del 2014 más de 200 niñas fueron raptadas en
Chibok, Estado de Yobe. Un mes después, un comunicado dio a conocer que las niñas serian
vendidas como esclavas o forzadas a casarse con sus secuestradores. Unos meses más tarde,
3700 edificios fueron destruidos totalmente en Baga y Doron Baga, ciudades al norte de
Nigeria. Cada una de estas tragedias tienen algo en común: La presencia de Boko Haram, la
cual también fue la causante de un enfrentamiento que se llevó más de 600 muertos en el
2009, siendo esta su primera aparición.
¿Qué es Boko Haram?
Es un grupo terrorista yihadista salafista que nació en 2002, al noroeste de Nigeria. Se ha ido
forjando en esta última década como una herramienta letal en el continente africano usando
métodos terroristas en su propio país de origen. Se encarga de incrementar las tensiones
existentes (intercomunitarias e interreligiosas) que han existido en Nigeria desde su
independencia en el año 1960, a su vez, ha interceptado la paz a un nivel regional, exigiendo
una respuesta no solo nacional, sino también a nivel global.
Su origen se remonta a muchas décadas atrás, en la época colonial, los colonos británicos
conformaron nuevas estructuras de administración, pero conservando las jefaturas tribales
tradicionales. De esa manera se establecieron dos protectorados: al Sur, habitado por la
mayoría de los cristianos y los musulmanes ocuparon la zona norte. Ello generó que posterior a
la independencia se generen guerras entre ambas partes, generando una gran desigualdad
entre la población sureña y norteña. Mientras que en el Sur, casi el 100% de las mujeres son
alfabetizadas, en varios estados norteños el número no supera el 5%.
A ello se suma el ambiente político nigeriano, caracterizado por la polaridad y la inestabilidad.
Los gobiernos se han ido alternando entre democracias civiles elegidas mediante elecciones y
dictaduras militares.
Las consecuencias de las acciones terroristas de Boko Haram han determinado el inicio de una
crisis en la población. “Todos los días oramos por la protección y la paz”, fue la frase de
Bussam Abdulahi, un refugiado nigeriano. Así como él, la mayoría de civiles han migrado a la
cuenca del lago Chad, creando una emergencia humanitaria compleja con más de 3,4 millones
de desplazados, tendiendo a su vez 684,000 personas desplazadas en Camerún, Chad y Niger.
¿Qué ha hecho el gobierno de Nigeria?
Se han adoptado dos maneras de enfrentar a Boko Haram, la primera sugiere reconocer las
fuentes del financiamiento del grupo terrorista, ello considerando que Boko Haram cuenta con
un gran armamento de guerra y un sofisticado equipo de comunicación. La segunda propone
persuadir a las autoridades islámicas para que rechacen en público el uso de la fe musulmana
como instrumento para realizar actos terroristas.
Por otro lado, el rescate de los niños y niñas secuestradas se ha vuelto una esperanza casi
incierta. El gobierno de Nigeria ha mostrado algunos aciertos en los rescates, sin embargo, en
su mayoría, no ha tenido logros fructíferos. En ello se ve involucrada la reputación del ejercito
nigeriano, se le conoce por ser sanguinario y estar presente en varios intentos de rescate
fallidos por la muerte de varios civiles.
¿Y la Comunidad Internacional?
En la sesión 7911 a del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se abordó la temática la
Paz y seguridad en África, en la que se aprobó continuar con la asistencia humanitaria brindada
a los refugiados e instó a los bloques regionales a definir una estrategia integral capaz de
analizar las causas del surgimiento de Boko Haram.
Por otro lado, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha estado trabajando en
colaboración con la autoridad noroeste de Nigeria, con aliados de las Naciones Unidas y ONGs
nacionales e internacionales para recuperar los derechos fundamentales y el ritmo de vida
normal.