Un análisis de las fake news y las AI
Hace algunos días se hizo viral una imagen de Vladimir Putin arrodillado frente a Xi Jinping. De ser real hubiera sido muy interesante, sin embargo, ni yo ni ninguno de mis allegados fue capaz de encontrar el video que sustentara su veracidad. En otras palabras, muy posiblemente una fake new. Lo más interesante del asunto, es que se afirma en algunos medios que esta imagen fue creada por inteligencia artificial.
Para nosotros los estrategas, el cómo lidiar con la aparición de fake news siempre será un tema de interés, por eso profundizo sobre esto en mi curso del “Consultor Político” y en mi libro “Guerra electoral”. Sin embargo, este me parece un caso especial, pues abre un mundo de posibilidades en cuanto a la generación de desinformación.
En mi libro “Guerra electoral” defino las fake news como “noticias erróneas o carentes de veracidad que al momento de divulgarse provocan una ola de desinformación”. La capacidad de difundir información rápidamente y a gran escala a través de las redes sociales ha convertido las noticias falsas en un problema importante para la sociedad. Estas suelen ser creadas intencionalmente para influir en la opinión pública y perjudicar a una figura pública o grupo de influencia.
En el caso de Putin, no se sabe mucho de las opiniones dentro de Rusia o si llegó a difundirse la imagen también, pero en los medios occidentales se viralizó en cuestión de horas, posiblemente porque se estaba a la expectativa de la reunión de este con el presidente de China. En un contexto de nueva guerra fría, el mundo entero está pendiente de los movimientos de los líderes de estas potencias.
Quienes no simpatizan con el gobierno de Putin compartieron la imagen inmediatamente con comentarios de burla hacia una supuesta sumisión, pues a simple vista parece una imagen legítima y muchos aspectos en sus formas y la habitación coinciden adecuadamente. Fueron los simpatizantes (o neutrales) los que empezaron a buscar pruebas de un montaje o una sacada de contexto. En Twitter se generó una batalla donde unos cuestionaban la veracidad de la imagen y otros la seguían compartiendo porque implicaba un triunfo para sus discursos.
El tema es que una Fake new no funciona si no es creíble, pues de no serlo, difícilmente será compartida y cumplirá con su propósito. Tuvo que pasar un rato para que algunos usuarios dieran a notar los detalles que la delataban como falsa, pero para ese punto ya estaba en todas partes. Que al final resultará en el producto de una inteligencia artificial fue gracias al trabajo de analistas y detectores, para cualquiera que no se detenga mucho tiempo, es una foto normal.
Además, no solo se trata de acompañar la noticias con una imagen o video que parezca real, sino que la “información” dada sea esperada por al menos una parte de la población. Es decir, muchos consideraban que en su situación, Putin era perfectamente capaz de arrodillarse, pero si la imagen lo hubiera mostrado dando un beso en la boca a Xi Jinping, difícilmente alguien lo hubiera creído.
De la misma manera, cuando se viralizaron las imágenes de Trump siendo arrestado hace un par de días, estas fueron creadas con el comando explícito de imitar el estilo fotográfico de los noticieros estadounidenses y justo después de anunciarse en la prensa que podría ocurrir un posible arresto. Entonces, tenemos una situación verosímil, una “prueba” visual, personas compartiendo y listo, Fake news a la orden.
Era de la inteligencia artificial
Las inteligencias artificiales han facilitado muchas tareas hoy en día, como la búsqueda de información, lluvias de ideas, edición, detección, limpieza de audio, entre muchas otras cosas. La generación de imágenes por AI es cada vez más precisa, lo que en su momento comenzó como generadores de arte abstracto que hacían pinturas a través de palabras clave, se volvió luego un generador de pinturas realista, y ahora de fotografías.
Eventualmente se podrán generar videos y voces que imiten a figuras públicas reales, y cada vez será más difícil de detectar.
Lo cierto es que para generar una Fake New y perjudicar a una persona o grupo, se debía de hacer un trabajo de investigación y difusión medianamente arduo para hacerlo creíble. Con los generadores de fotos actuales, encontrar el apoyo visual que apoye el enunciado ficticio es tan fácil como tipear el comando correcto. Generar noticias falsas se puede convertir fácilmente en un juego de niños.
Entonces, eventualmente la verdad suele salir a la luz, sobre todo cuando se puede demostrar lo contrario, pero ocurre cuando el protagonista del montaje ya ha sido perjudicado. Y cuando es algo tan fácil de hacer, se vuelve más difícil de prevenir. Es decir, lo que marcará la diferencia al final será la capacidad de respuesta de los afectados.
Contar con un equipo o con los recursos necesarios para desmentir pruebas creadas con inteligencia artificial lo antes posible para frenar a tiempo su difusión, sería objetivamente el movimiento más efectivo para defenderse de este fenómeno.
Conclusiones:
En los contextos de tensión política siempre se vuelve más propensa la difusión de estas noticias falsas. Del mismo modo que las figuras importantes suelen ser las víctimas del uso de esta táctica.
Para que este tipo de noticias se viralice debe haber una controversia que genere movimiento en las redes sociales y medios, además debe de ser una situación verosímil acompañada de una “prueba” que parezca auténtica.
Por último, la era de las inteligencias artificiales podría facilitar mucho la tarea de generar este tipo de noticias, por lo que estrategas y líderes políticos deberían de prepararse y acrecentar su capacidad de respuesta antes estas.
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