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Espisodio 3: Domina el lenguaje corporal

Serie 3: 5 claves de la oratoria política

Episodio 3: Domina el lenguaje corporal

Ya vamos en el tercer paso, en mi opinión de los más subestimados al momento de dar un discurso, ya que muchas veces ni siquiera es consciente. La mayoría de políticos que le restan importancia a la oratoria tampoco conocen la importancia del lenguaje corporal, no s aben lo que expresan además de las palabras y eso puede jugar en contra. El lenguaje corporal no es sólo alzar los brazos mientras se habla, incluye la posición de las manos, la postura, el gesto en el rostro, lo que decimos es solo una pequeña parte de todo lo que se comunica en una presentación.

La postura rígida y los movimientos limitados pueden dar una impresión de autoridad o incluso de agresividad, mientras que sentarse relajado y usar las manos de manera natural puede hacer que el orador parezca más amistoso y accesible. Incluso la posición de las manos puede ser interpretada de manera diferente: las palmas hacia arriba pueden indicar apertura y sinceridad, mientras que los puños cerrados pueden ser percibidos como un signo de tensión o enojo.

Un ejemplo clásico de cómo el lenguaje corporal puede influir en la percepción del público es el primer debate presidencial entre John F. Kennedy y Richard Nixon en 1960. Nixon, que estaba enfermo y había pasado una noche en vela, lucía pálido y sudoroso. También decidió no usar maquillaje, lo que hizo que su barba se viera mal afeitada en televisión. Kennedy, por otro lado, estaba bien preparado y parecía fresco y relajado en comparación.

En este debate, la apariencia de Nixon pareció afectar su capacidad para comunicar sus ideas con eficacia, mientras que la apariencia relajada de Kennedy contribuyó a su éxito. Esto demuestra cómo la comunicación no verbal puede tener un impacto significativo en la percepción del público y en el éxito del orador.

En el caso de los oradores militares por ejemplo,Winston Churchill, el famoso primer ministro británico, tenía una postura firme y una mirada penetrante que lo hacía parecer imponente y seguro de sí mismo. También tenía un gesto característico con los dedos en forma de «V» que se convirtió en un símbolo de la victoria una forma de diferenciarse.

Es distinto con los líderes carismáticos, un par de ejemplos modernos son Obama y Pepe Mujica. Obama es conocido por sus gestos suaves y controlados y su postura relajada pero firme. Utiliza sus manos para enfatizar puntos clave y para dar énfasis a ciertas palabras. Por otro lado, el ex presidente Mujica en cuanto a su lenguaje corporal, suele ser más estático que Obama, pero su postura relajada y su gesto tranquilo lo hacen parecer más cercano a la audiencia.

En conclusión, el lenguaje corporal es una parte fundamental de la oratoria y puede tener un gran impacto en la efectividad de un discurso. Los políticos y cualquier orador en general deben prestar atención a su postura, movimientos, gestos faciales y tono de voz para asegurarse de que estén comunicando su mensaje de manera efectiva. La práctica y la conciencia del propio lenguaje corporal pueden ayudar a los oradores a comunicar su mensaje con más claridad y confianza, y mejorar su capacidad para influir en el público.

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