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Episodio 5: Utiliza pausas y silencios

Serie 3: 5 claves de la oratoria política

Espisodio 5: Utiliza pausas y silencios

Con este episodio terminamos y hablaremos por último, pero no menos importante, de las pausas y silencios en el discurso. Este elemento es tomado por muchos oradores como parte de la musicalidad, pero yo he decidido sostenerlo como un elemento aparte. Los silencios y las pausas son esenciales para crear énfasis, anticipación y emoción en un discurso. Por eso quería que profundicemos en cómo el uso de las pausas influye en la percepción de quienes escuchan al orador.

Cuando un orador habla continuamente sin pausas, puede resultar monótono y aburrido, incluso cuando cambie el tono de las palabras, porque no dará tiempo de apreciar estos cambios. Es importante recordar que el silencio es oro. Al tomarse un momento para detenerse, el orador tiene la oportunidad de recoger sus pensamientos y enfocarse en su siguiente idea. También se le da al público la oportunidad de absorber lo que se ha dicho y procesarlo antes de continuar con el siguiente punto.

Como dije anteriormente, las pausas pueden utilizarse para crear énfasis y anticipación. Un orador puede utilizar una pausa antes de un punto clave o una idea importante para crear tensión y preparar al público para lo que viene a continuación. Una pausa bien colocada puede dar al público tiempo para reflexionar sobre una idea y prepararse para la siguiente.

Otro aspecto importante de las pausas es que pueden cambiar la percepción del público sobre la actitud del orador. Si un orador no toma pausas adecuadas y habla rápidamente, puede parecer nervioso o poco seguro de sí mismo. Por otro lado, si un orador toma demasiadas pausas, puede parecer poco preparado. Por lo tanto, es importante encontrar el equilibrio correcto y tomar pausas cuando sea necesario, pero no exagerar.

Un ejemplo de un orador que utiliza las pausas de manera efectiva es Martin Luther King Jr. Durante su famoso discurso «Tengo un sueño», King utilizó pausas para dar énfasis y permitir que el público absorbiera sus ideas. Sus pausas crearon tensión y anticipación, lo que llevó a una audiencia más comprometida y emocionalmente conectada con el discurso y las ideas que buscaba transmitir.

Un ejemplo de mal manejo de las pausas es el discurso del presidente George W. Bush después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Durante su discurso, Bush hizo varias pausas incómodas y prolongadas, lo que algunos críticos interpretaron como una señal de que estaba luchando por encontrar las palabras adecuadas para expresar su tristeza y su compromiso con la seguridad nacional. La falta de fluidez en el discurso de Bush generó críticas y especulaciones sobre su capacidad para liderar en momentos de crisis.

Podemos llamarlo un complemento poderoso, porque es verdad que las tonalidades no se aprecian sin las pausas y ayudan en la musicalidad del discurso, pero el factor más importante es generar esta tensión y emoción, darle al público tiempo de aplaudir si quieren ponerlo de otra forma. Tal vez en otros contextos como entrevistas no se vea la importancia del silencio de forma tan evidente, pero está ahí, quien escucha necesita tiempo para procesar y emocionarse, y el orador está en todas sus facultades de otorgar ese tiempo.

Con el manejo y el dominio de estas 5 claves, el candidato o político será capaz de explotar su oratoria en todo su potencial. Podrá generar impacto y conectar con el electorado de forma mucho más efectiva, y podrá posicionarse como un líder carismático y capaz. Hacer uso del servicio de coaching político es algo que en lo personal siempre recomiendo, junto al media training. Si el consultor político no puede dar este tipo de asesoría (aunque debería poder), es su deber buscarla, porque dejar al candidato sin entrenamiento en oratoria es perder una ventaja que puede ser determinante para ganar la campaña.

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