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Episodio 4: Campaña instintiva

Ya casi estamos por terminar esta serie, en mi experiencia con los tipos de campaña hay una que por goleada es la más efectiva, y esta es la campaña instintiva. Como mencionaba en el episodio anterior la emociones negativas suelen ser mucho más intensas en la población que las positivas, una persona puede ser muy agradable y uno simplemente se pone contento o tranquilo en su presencia, en cambio cuando existe desagrado o resentimiento, la respuesta es mucho más potente, hay sudoración, bilis, puede hasta despertar agresividad. Por eso genera una respuesta mayor que la campaña emocional.

La campaña instintiva se basa en el ataque, despertar miedo y buscar un culpable. Centrarse en la imagen propia solo funciona en función a cuanto esta es mostrada como la alternativa o solución a esta amenaza real o imaginaria. Esta estrategia apunta a generar un gran impacto emocional en el público objetivo, a menudo, mediante el uso de técnicas de manipulación psicológica. El objetivo es construir una narrativa convincente y emocionalmente cargada que tenga la capacidad de movilizar a las masas.

Esta estrategia puede desarrollarse en tierra, aire y mar, pero considero que en aire es donde se puede obtener mayor efectividad por la difusión masiva. Como las emociones a despertar son negativas y no de cercanía, no es necesario el contacto directo para que funcione a diferencia de la campaña emocional. En la campaña de aire se busca la exposición masiva del mensaje, la rapidez y la potencia del ataque. En este tipo de campaña, los medios de comunicación juegan un papel fundamental, ya que su capacidad para difundir rápidamente el mensaje es crucial.

La campaña instintiva está basada en el enemigo único y los principios de la propaganda de Goebbels. El uso del chivo expiatorio, la simplificación y repetición del mensaje, así como la apelación a los miedos e inseguridades de las personas son características comunes en esta estrategia. Se busca la creación de una imagen simplista del enemigo y la polarización de la sociedad, creando dos bloques claramente diferenciados, el «nosotros» y el «ellos». Las identidades y sensibilidades de las personas se ven reforzadas en este tipo de dinámicas al tener algo externo a lo cual hacerle frente y algo que “defender”.

Esto lo menciono en varios de mis libros, la parte más importante de una campaña instintiva es la creación de este enemigo único, este representa todo lo negativo y peligroso en la sociedad y despierta la respuesta de aversión y miedo. Esta figura antagonista es crucial para la efectividad de esta estrategia, ya que su existencia es lo que le da fuerza al discurso y genera este contraste conflictivo pero necesario.. No habría feminismo sin el patriarcado, ni izquierda radical sin el capitalismo, por dar un ejemplo más oscuro pero mucho más ilustrativo, ¿creen que el discurso de Hitler hubiera tenido tanto impacto sin la existencia de los judios? Genuinamente creo que no.

Tristemente el odio mueve más a las personas que el amor. Maquiavelo decía que el hambre acaba con regímenes enteros ¿o no fue la necesidad la que originó las primeras revoluciones? Los momentos de crisis son propicios para esta estrategia, pues el mismo descontento popular facilita la asimilación del discurso del culpable, es mucho más fácil señalar. Cuando existe un disgusto preexistente, sólo es necesario ejemplificar esta sensación de crisis y urgencia en el electorado, y una vez el enemigo haya sido identificado, solo toca esperar que el voto por castigo haga su trabajo y ganen los “buenos” de la historia.

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